2 de Mayo de 2018
Hoy los argentinos de mi hostel me comentan que quieren ir a un hammam publico y como era algo que también tenía en mente decido unirme a ellos y salimos a buscar uno.
Un hammam es un baño público ( pero baño de bañarse no de meadero! ) que consiste en unas salas con vapor y grifos de agua caliente donde puedes ir a lavarte y relajarte. Y también está la opción, pagando, de que una persona te limpie, te de un masaje, te enjabone y te aclare. Como detalle decir que se entra en ropa interior o bañador y que los hombres y las mujeres van por sitios separados y a los hombres les limpia un hombre y a las mujeres una mujer.
Esta experiencia en un lugar elegante y no barato (desde 300Dh lo más básico hasta… pffff) debe ser parecido al spa bonito que conocemos y que tenemos en mente. Y digo «debe ser» porque nosotros no fuimos a uno de esos nosotros fuimos a uno público, donde van ellos y que vale desde 10Dh la entrada y luego según lo que negocies el resto de limpieza, nosotros pagamos 50Dh por todo.
Nos costó tiempo encontrar el hammam público, por el camino está lleno de los privados para turistas. A la mujer de la entrada no le sienta muy bien que vengamos ya con nuestro jabón y manoplas (más baratas en cualquier tienda de fuera) No se si todos los baños públicos en Marrakech son como el que fuimos el vestuario parecía el de un viejo gimnasio a última hora del día cuando ya no queda nadie y hay que limpiar. Para ser un baño la impresión de higiénico no la daba. Nos indican que nos quitemos la ropa y pasemos a las salas de los baños. Dentro me recuerda la escena de la película Blade cuando llega a la rave de la sangre, pero aquí la fiesta ya debió terminar y les falta limpiar las manchas extrañas que salpican parece y techo. Todo esta recubierto de azulejo blanco, ni un detalle de color y mucho menos ni un detalle de esa belleza de la arquitectura árabe. Se nota la humedad pero no me parece que que haga mucha calor. Un hombre mayor está en el suelo lavándose mientras otro más joven esta tumbado completamente, supongo que relajándose. No hay asientos, bancos ni nada por el estilo, todo pasa por tumbarse en el suelo. Somos 4 y vienen 2 «lavadores», uno es un hombre más mayor y corpulento y el otro un joven no muy grande, cada uno elige a uno de nosotros mientras los otros 2 esperamos nuestro turno. Empiezan a frotando con un jabón específico para esto y luego con una manopla áspera nos frotan a conciencia eliminando cantidad de piel muerta. mientras al que le toca el hombre mayor recibe un masaje que te hace crujir todos los huesos que si hiciera más fuerza acabaría con el brazo de alguno fuera del sitio, el joven sin embargo parece más un artista de circo con posturas extrañas y que parecen mucho más dolorosas, yo doy gracias que me toco el grande. Nos enjuagan y el siguiente paso es el enjabonado y aclarado final y ya estamos listos.
Para no romper con la dinámica, el hombre mayor nos quiere cobrar 100Dh pensando que igual somos muy tontos y nos puede engañar, pero nosotros ya habíamos acordado 50Dh previamente y el chico más joven que lo sabe y no tiene interés en engañarnos acepta nuestro precio.
Yo ya puedo marcar la experiencia como realizada y como algo que no repetiré. Personalmente no lo vi tan interesante como cuentan en algunas guías y para los precios que vimos para turistas en sitios bonitos preferiría un masaje y spa en Valencia. Pero si vuelvo a Japón repetiría sin dudarlo el ir a unos de sus baños públicos.
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